martes, 11 de agosto de 2009

¡¡¡FUERA LOS NEONAZIS DE LA UNI!!

Pinta hecha por estos personajes en el pabellón J

Desde hace un tiempo, desde amplios sectores populares, hemos escuchado tildar a García y a su gobierno de fascista; sin embargo a raíz de los últimos acontecimientos creemos conveniente aportar en torno al debate suscitado de esta ideología que la creíamos ajena en el Perú.

El fascismo y nazismo
El fascismo es la continuación del capitalismo, un intento de perpetuar su existencia; por los medios más bestiales y monstruosos. Es una forma de gobierno específica que la clase dominante utiliza como única salida, en momentos extremos, para acabar con toda oposición de la clase trabajadora Por ende este es incompatible con la “democracia burguesa” por las libertades que ella ofrece.

Hay una unión inseparable entre fascismo, nazismo y capitalismo. Y que detrás de toda la fraseología demagógica que los nazis usan acerca de un nuevo sistema totalmente diferente al capitalismo, se esconde su principal objetivo; restaurar plenamente el estatus quo en fábricas, minas, oficinas y haciendas y asegurar que NUNCA MÁS serían amenazado por un levantamiento social de los trabajadores.

El funcionamiento del movimiento fascista se basa en la confrontación directa. Los nazis buscan el control de las calles: no es casualidad que, se les haya sorprendido entrenado militarmente. Los nazis hacen esto por dos razones: la primera, aterrorizar gente que no está de acuerdo con ellos y, la segunda, es que les sirve para presentarse como algo importante, para convencer a las clases medias y al lumpen de unirse a ellos.

El fascismo necesita dos factores principales para tomar el poder: el apoyo de un movimiento reaccionario de masas en la calle y el de la clase dirigente (empresarios, organismos represores e Iglesia incluidos.
La necesidad de este apoyo les obliga mantener una imagen más o menos respetable, a la vez que tienen que alimentar a su base con actos de odio exacerbado hacia los inmigrantes, gays, punk, comunistas y un sinfín más.

Una vez llegados al poder, los dirigentes fascistas se ven forzados a amordazar a las masas que los siguen, utilizando para ello el aparato estatal y desatando el terror. El mismo instrumento les hace perder el apoyo de amplios sectores de la clase media. El Estado fascista legaliza la degradación de los trabajadores y la depauperización de las clases medias en nombre de la salvación de la “nación” y de la “raza”.

Así como el Imperialismo es la fase superior del Capitalismo; el nazismo es la fase superior del fascismo. Es su engendro más abominable, aporta métodos de guerra civil, no solo contra la clase trabajadora, sino contra las razas, sobre todo la raza judía y la eslava. Es una de las máximas monstrocidades de este mundo. Por solo citar un ejemplo, recordemos los campos de concentración a los que Hitler tenía sometido a los judíos y ahora último, la barbarie por la que pasa Palestina en manos de Israel, es la versión judía del nazismo. Esta es la escoria que debemos desterrar.
Los nazis y la libertad de expresión
Su discurso camaleónico por razones de supervivencia, convierte en suyas palabras como libertad, igualdad o democracia. Lo más importante es saber lo que quieren decir cuando hablan de todo eso y el peligro en dejar reproducir sus ideas. Su libertad significa la negación de la nuestra, su democracia se basa en la dictadura para nosotros, su igualdad se restringe sólo a ellos.

En la actualidad, su táctica se basa en disimular el contenido de su política bajo un velo de normalidad y respetabilidad, intentando mostrar así que su ideología puede ser tan aceptable como todas las demás.

La tarea está en desenmascararles y demostrar que la política y los resultados de los nazis de hoy es la misma que la de los nazis de los años 30.


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